Este miércoles se llevó a cabo la Misa Crismal en el santuario de Río Blanco y Paipaya, una ceremonia significativa dentro de la Semana Santa que congregó al Obispo, sacerdotes y miembros de la vida consagrada. El encuentro, enmarcado por el Año Santo del Jubileo, fue acompañado por una peregrinación previa a través de la Puerta Santa del santuario.
Según comentó el padre Joselo, durante la celebración se consagró el santo Crisma, un aceite mezclado con perfume, utilizado en los sacramentos del bautismo, la confirmación y la ordenación sacerdotal, así como en la consagración de templos y altares. “Se lo mezcla con un perfume para recordar las palabras de San Pablo en la Biblia. Todos nosotros estamos llamados a ser el buen olor de Cristo, es nuestro testimonio”, destacó.
Además de la consagración del Crisma, los sacerdotes y consagrados renovaron su entrega a Dios y a la Iglesia, en una jornada marcada por la devoción, la alegría y el compromiso espiritual. “Hoy estamos celebrando el jubileo, esta alegría de los sacerdotes y de la vida consagrada”, expresó, resaltando el valor simbólico y espiritual de esta ceremonia anual.
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