Independiente Rivadavia se metió en la historia grande del fútbol argentino y se consagró campeón de la Copa Argentina tras vencer en la gran final a Argentinos Juniors. La Lepra mendocina abrió el marcador a través de Alex Arce, que quedó con diez por la expulsión de Maximiliano Amarfil en el primer tiempo pero en el arranque del complemento estiró la ventaja de contragolpe por Matías Fernández.
Alan Lescano descontó rápido para el Bicho, que empujó hasta el final con dos hombre más por la roja a Alejo Osella y, sobre la hora, encontró la igualdad en los pies de Erik Godoy. En la definición por penales, los de Alfredo Berti, que fue expulsado y estalló contra el árbitro, fueron más efectivos y alzaron el trofeo con Gonzalo Marinelli, que debió reemplazar al lesionado Ezequiel Centurión, como figura en el arco.
Villa le dedicó el título a Russo
“Hoy hablamos en la habitación, nos juntamos antes de venir al estadio. Le agradecimos a Dios. Hay muchos pibes bárbaros, que vinieron con mucha ilusión y humildad. Durante todo el torneo mostramos mucha humildad, somos un equipo humilde, con mucha garra y huevo, una mentalidad enorme. Berti desde el primer momento nos dio confianza, nos fuimos consolidando, hoy hicimos un gran partido”, declaró Sebastián Villa, la figura de Independiente Rivadavia.
Además, le dedicó el trofeo a Miguel Ángel Russo, que lo dirigió durante su paso por Boca. “Es la tercera Copa Argentina que gano, Dios está haciendo su obra en mí. Le quiero dedicar este trofeo al profe Russo, que en paz descanse, que siempre me dio el consejo de seguir adelante a pesar de los problemas”, concluyó.
Fuente: TyC
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